Cómo el “BaaS” acelera el time to market de la innovación en los servicios financieros
Luego de la promulgación de la Ley Fintech y Open-Banking a principios de este año en Chile, por fin se establece oficialmente un marco regulatorio para los servicios financieros basados en tecnología. Lo que representa un cuantioso avance en la promoción de una mayor competencia en el sistema financiero que beneficiará a millones de usuarios mediante el lanzamiento de productos innovadores.
La creación de un Sistema de Finanzas Abiertas (open banking) posibilitará a los proveedores de servicios financieros intercambiar información financiera de clientes, para facilitar la innovación y el desarrollo de nuevos productos.
Sin embargo, este es el primer paso de un largo camino por recorrer. Mientras tanto las fintechs emergentes pueden apalancarse en la banca como servicio.
¿Qué es la banca como servicio?
La banca como servicio (BaaS, Banking as a service, por sus siglas en inglés), se creó para que las entidades bancarias (aprovechando su licencia y las capacidades que solo tiene un banco, como la gestión de cuentas, el cumplimiento normativo, la prevención del fraude y los préstamos), puedan ser ofrecidas por entidades no bancarias (Fintechs), desde su marca propia a sus propios clientes, sin la necesidad de ellos convertirse en un banco. Lo que genera que tanto bancos como fintechs crezcan en competitividad y rentabilidad.
BaaS ya existe hace varios años. BBVA en 2018 lanzó su “Open Platform” en Estados Unidos para permitir que terceros ofrezcan sus productos financieros a sus clientes.
Suena similar al open banking, donde la colaboración entre bancos y terceros ayuda a entregar mejores servicios financieros a los clientes. Pero mientras que la banca abierta permite el acceso de terceros a los datos del cliente, BaaS permite el acceso de terceros a las funcionalidades del banco, ambos utilizando APIs.
Como funciona
Una fintech, un banco digital u otro proveedor externo paga una tarifa para acceder a una plataforma BaaS, que una institución financiera provee mediante APIs, otorgando el acceso a los sistemas e información necesarios para construir nuevos productos bancarios u ofrecer servicios financieros bajo su propia marca.
El modelo tiene dos formas de monetización. La primera, que cobra a los clientes una cuota mensual por el acceso a la plataforma, y la otra, que es un pago por cada servicio utilizado.
En Europa, el término se aplica ampliamente a muchos tipos diferentes de negocios, pero dentro de ellos hay dos grupos distintos: empresas con licencias bancarias completas y proveedores de software que tienen diferentes niveles de permisos, pero que generalmente están regulados como instituciones de dinero electrónico. Entre ellos, ofrecen una amplia gama de servicios que cubren todo el espectro financiero, desde la emisión de tarjetas, pagos y préstamos, incluyendo el cumplimiento normativo.
La banca como servicio, es una estrategia increíblemente rentable para los bancos que la están aprovechando y están a la vanguardia.
Para introducirse en el negocio de BaaS, los bancos se asocian con las fintechs que utilizaran sus productos para sus clientes.
Según una publicación de Andreessen Horowitz, sobre este tema, en Estados Unidos, estas alianzas se han disparado en los últimos años. Hoy en día, hay más de 30 bancos asociados que representan cientos de asociaciones de todas las formas y tamaños, desde megabancos como Goldman Sachs con Apple, hasta Hatch Bank, que tiene 68 millones de dólares en activos y comenzó con un solo socio de tecnología financiera, HM Bradley.
Acelerando el Time to Market
El tiempo en que un producto está listo para salir al mercado es clave para su éxito.
Y ese tiempo en los últimos años se ha visto reducido.
La adopción masiva de productos digitales ha puesto a prueba a los proveedores de productos y servicios tradicionales, quienes se enfrentan a nuevos competidores que entran al mercado a una velocidad vertiginosa.
Si las empresas no se mueven suficientemente rápido, mueren.
La experiencia que demandan los usuarios que utilizan los servicios financieros digitales debe ser holística. Un equilibrio entre una buena interfaz de usuario, así como de una amplia gama de servicios ofrecidos.
Un desafío importante entonces es, elegir a los socios adecuados para construir rápidamente una solución que logre satisfacer ambas necesidades.
BaaS se presenta como la manera en que las fintechs emergentes, puedan ofrecer productos bancarios, evitando gastar en regulaciones para convertirse en un banco, disminuyndo así, el time to market de años a meses. Mientras que su vez, los bancos aprovechan estas asociaciones para mejorar las captaciones, mediante la obtención de depósitos de bajo costo o el aumento de los flujos de ingresos.
Una asociación mutuamente beneficiosa.
El estado del BaaS
Los bancos incumbentes en el Reino Unido y Europa están apostando cada vez más por BaaS como un impulsor clave del crecimiento y la innovación.
Según el último estudio What’s Going On in Banking de Cornerstone, alrededor de 125 bancos en Estados Unidos ya ofrecen servicios de BaaS, con entre 50 y 60 en proceso de desarrollo de una estrategia de BaaS, y otros 200 considerando desarrollar una estrategia de BaaS.
El Reino Unido y Alemania han sido los tradicionales epicentros de proveedores de BaaS en Europa. Estos dos países representan el mercado más grande de plataformas de BaaS, con alrededor del 60% de la cuota de mercado en el continente.
Y el nuevo potencial de ingresos generado a través de los productos de pequeñas y medianas empresas y clientes minoristas posibilitadas por la banca abierta fue de 500 millones de libras esterlinas (700 millones de dólares) en 2018, según PwC, y Insider Intelligence espera que crezca a una tasa anual compuesta del 25%.
Cornerstone Advisors estima que BaaS se convertirá en una oportunidad de 25.000 millones de dólares para los bancos en 2024.
En los últimos años, se ha visto cómo la evolución de BaaS ha ganado terreno en varios otros países europeos, como Lituania, Suecia, Finlandia, España y Francia. Si bien algunos actores importantes dominan actualmente el mercado europeo de BaaS en términos de cuota de mercado, los bancos incumbentes de tamaño mediano a grande están expandiendo gradualmente su presencia en el mercado mediante la formación de alianzas con proveedores de tecnología para ofrecer nuevos productos.
A medida que crece la insatisfacción de los clientes con las ofertas tradicionales del mercado, BaaS y las fintechs ganan terreno.
Mientras tanto en Chile
El Banco BICE anunció hace unos meses BICE Connect, su apuesta de BaaS, para ofrecer servicios bancarios a fintechs a través de APIs. Partieron con dos servicios: Procesamiento de pagos y gestión de cuentas.
Para el primero de ellos hicieron una asociación con la fintech Shinkansen, quienes están revolucionando la industria de los pagos, logrando mover la plata a la velocidad de internet, mediante la automatización de procesos para distribuir cientos de pagos simultáneos en segundos.
Desafíos para la banca como servicio
La experiencia del cliente es fundamental para mantener la lealtad con la marca. Y es algo que no debe ser olvidado.
Dado que los proveedores de BaaS operan bajo un modelo B2B, lo que significa que sus clientes no son los clientes finales, podrían no poner suficiente atención en este punto y despreocuparse de ofrecer un servicio de atención al cliente de la misma calidad que la fintech que provee la experiencia final de los usuarios.
Muchas veces la empresa que se relaciona con los usuarios finales, puede tener un equipo interno de atención al cliente de excelencia, pero el proveedor del servicio detrás, podría responder con largos tiempos de espera y provocar una alta frustración en el cliente final, que lo perciba como una experiencia inconexa y desastrosa.
Por otra parte, el aumento de la regulación y la entrada completa de los bancos en el mercado, será la consolidación en la industria de BaaS y los ganadores serán aquellos que prioricen el cumplimiento de la regulación.
Llegará un momento en que los proveedores de BaaS competirán por fidelizar a sus clientes y para ello tendrán que estar a la altura no solo en los aspectos tecnológicos, sino que también en experiencia de clientes y cumplimiento regulatorio.
Los clientes serán cada vez más exigentes y el panorama seguirá cambiando.
El resultado esperado por los clientes de BaaS y sus propios clientes, usuarios de los nuevos productos y servicios financieros que aparezcan en el mercado, debería ser una mayor transparencia y confiabilidad. Lo que, a su vez, fija las bases para que, la banca como servicio cumpla con su promesa original de aumentar las ofertas financieras centradas en las personas.
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